Por aquel tiempo, Jesús dijo: “Venid a Mi todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo y aprended de Mi, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. Porque el yugo y la carga que Yo os impongo sin ligeros”.
(Mateo 11, 28-23)
MEDITACIÓN
El yugo que el Señor nos impone, es amar a Dios y al prójimo. Esta es la tarea a la que estamos llamados. Por buenos que sean nuestros actos de piedad, sólo el amor es lo que al final cuenta realmente.
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