Algunos estaban hablando del templo. Jesús dijo: “Vienen días en que de todo esto que estáis viendo no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido!”. Preguntaron a Jesús: “Maestro, ¿cuándo ocurrirán estas cosas?, ¿cuál será la señal de que ya están a punto de suceder?”. Jesús contestó: “Tened cuidado y no os dejéis engañar, porque vendrán muchos haciéndose pasar por Mi y diciendo y , pero no los sigáis. Y cuando oigáis alarmas de guerras y revoluciones, no os asustéis , pues aunque todo eso tiene que ocurrir primero, aún no habrá llegado el fin. Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; en diferentes lugares habrá grandes terremotos, hambres y enfermedades y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales. Pero antes de eso, os echarán mano y os perseguirán; os llevarán a juicio en las Sinagogas, os meterán en la cárcel y os conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía. Haceos el propósito de no preparar de antemano vuestra defensa, porque Yo os daré palabras tan llenas de sabiduría, que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros en nada. Pero seréis traicionados incluso por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a alguno de vosotros y todo el mundo os odiará por causa mía, pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza. ¡Permaneced firmes y salvaréis vuestra vida”.
(Lucas 21, 5-19)
MEDITACIÓN
No nos dejemos seducir por lo exterior, ni siquiera por los esplendores de la religión. Sólo Dios es Dios y es a Él a quien debemos buscar. No te centres en los ritos y en la riqueza de las ceremonias, sino solamente en la profundidad de tu fe.
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