Dijo Jesús a sus discípulos: “Habéis oído que se dijo a los antiguos que no jurarán en falso y cumplieran sus votos al Señor. Pero Yo os digo que no juréis en absoluto, ni por el cielo que es el Trono de Dios, ni por la Tierra que es estrado a Sus pies, ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir si o no. Lo que pasa de ahí, viene del Maligno”.
(Mateo 5, 33-37)

Meditación

Señor, hoy me llamas a la sencillez, al si o al no, simplemente, y al cumplimiento de mis votos, y el seguimiento fiel del camino que Tú me señalas cada día.

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