Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas. Tu en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno no lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

(Mateo 6, 1.3-4; 6, 16-18)

MEDITACIÓN

Señor, hoy comienza el tiempo de la Cuaresma. Que mi limosna me ayude a no ambicionar riquezas, mi oración me enseñe a poner en ti mi vida y mi esperanza, y el ayuno me enseñe, que no sólo se vive del pan