Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada y Jesús aún no los había alcanzado, soplaba un viento fuerte y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago y se asustaron. Pero Él les dijo: “Soy yo, no temáis”. Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra enseguida en el sitio a dónde iban.
(Juan 6, 16-21)

MEDITACIÓN

Señor, caminas sobre las aguas,pisoteas la muerte de la que has triunfado y me has hecho partícipe de tu triunfo. Por eso, acojo con inmenso gozo tu Palabra: Soy yo, no temas. No tengo miedo, porque te tengo a ti por la fe.

Orden del Temple, 2.013