Dijo Jesús a sus discípulos: Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y dónde esté Yo, allí estará también mi servidor; a quien me sirve, el Padre le premiará”.
(Juan 12, 24-26)
MEDITACIÓN
Señor, si no me fiara de ti, dejaría que saliera mi instinto de conservación para rechazarlas de plano. ¿Caer en tierra, morir, servirte…?. Son vocablos que espantan a la naturaleza humana. Pero tú diste tu vida de un modo heróico, por lo que renuncio a los criterios humanos y me pongo a tu lado, para servirte, porque cuento con tu gracia y con la del Padre.
Copyrigth. Orden del Temple, 2.012