Capítulo segundo
Sobre el vaso
Hemos resuelto hablar ahora de nuestro vaso. ¡Oh vosotros, hijos de la doctrina, agudizad bien vuestros oídos, a fín de que comprendáis nuestro sentimiento y nuestro espíritu!. Aunque os hayamos descubierto varios tipos de vasos, que están descritos de forma enigmática en nuestros libros, nuestra opinión no es, sin embargo, la de servirse de varios vasos, sino solo de uno, en el cual mostraremos aquí por medio de visibles y sensibles explicaciones.
Nuestra obra es realizada en dicho vaso desde el principio y hasta el final del magisterio. Sin embargo, la disposición de nuestro vaso es el siguiente: Hay dos vasos sujetos a sus respectivos alambiques, de igual tamaño, cabida y alturas, donde la nariz de uno penetra en el vientre del otro, a fin de que por la acción del calor, lo que está en una y otra parte ascienda a la cabeza del vaso y después, por la acción del frío, descienda al vientre. ¡Oh, hijos de la doctrina!. Si no sois duros de mollera, tenéis el conocimiento de nuestro vaso.
(continuará)
Orden del Temple+++