En consecuencia, ¿que enseñó Jesús, qué quiso que creyéramos o hiciéramos; cuales eran los fines que albergaba en Su corazón y si consiguió cumplirlos con Su vida y con Su muerte, hasta que punto se han representado Sus ideas en el cristianismo durante más de veinte siglos y sobre todo en estos últimos años?- ¿Qué diría Él de las naciones que se llaman cristianas con todas sus representaciones religiosas?.
Todo lo que vamos a desgranar en el estudio de este Sermón de la Montaña, nos va a explicar como Jesús nos dice lo que es la naturaleza de Dios y la nuestra, lo que son la vida y la muerte; por qué cometemos errores, enfermamos, nos empobrecemos y hacemos viejos. También, como podemos traer salud, felicidad y prosperidad a nuestras vidas y a la de la que nos rodean si ellos lo desean.
Algo muy importante que tenemos que destacar, es que Jesús no enseñó Teología alguna y Su enseñanza fue enteramente espiritual y metafísica, aunque el cristianismo ortodoxo ha puesto más atención en cuestiones teológicas, doctrinales y el desarrollo de parte de Su vida, más que en la enseñanza y mensaje evangélico profundo.
Es comprobable, que todas las doctrinas y teologías de las iglesias son involuciones, cuando no manipulaciones humanas, nacidas de las mentes de sus autores e impuestas a la Biblia desde fuera, ya que muchos se pusieron a crear aquello que querían encontrar, pero les faltaba la llave espiritual y metafísica, por lo que buscaron explicaciones intelectuales o tridimensionales, y es imposible explicar la existencia con ese criterio. La explicación verdadera de la vida del hombre, es que su entidad es esencialmente espiritual y que lo que vemos es un corte en sección de su verdad completa.
Los hombres, hemos creado absurdas y horribles fábulas acerca de Dios. Un Dios limitado y semejante al hombre, que rige el Universo como un reyezuelo, con toda clase de flaquezas humanas, tales como la vanidad, la ira, la venganza, y además, con la leyenda del pecado original, nos encontramos expiaciones por la sangre, castigos eternos, etc.
De nada de esto nos habla Jesús. Él nos refiere muchas veces las serias consecuencias que para el alma trae el pecado u error continuado, y que cuando pierde su integridad, de nada le sirve ganar el mundo entero; y que si somos castigados, es a causa de nuestros propios errores o mejor, que nuestros errores son los que nos castigan.
Tampoco Jesús autorizó ningún tipo de eclesiastismo, jerarquía o sistemas ritualistas. De hecho, todo Su pensamiento fue antieclesiástico, enfrentándose a los clérigos de Su propio país, que fueron quienes lo persiguieron, porque Su verdad anunciaba el fin de su poderío y por eso lo mataron. Jesús, solo mostró desprecio hacia su autoridad y rituales y nunca sancionó la importancia de ceremonias, leyes rígidas y ordenanzas severas de ninguna clase. Lo que sí le preocupaba, era la conducta de cada uno, enseñando solo “principios”, ya que cuando el espíritu es recto, los detalles lo serán también. Es curioso que sin embargo, el cristianismo hace observar toda clase de ritos externos, con la imposición de la Ley del Sábado (Ley totalmente hebraica) y su profanación, cosa que Jesús no miraba con simpatía, así como los crueles castigos que han realizado a lo largo de los tiempos.
Hoy día, muchos se dan cuenta que no hay ningún sistema de Teología en la Biblia, salvo que se quiera poner allí de forma deliberada, pero habiendo renunciado a las iglesias, siguen con el cristianismo porque intuyen que es la Verdad, pero carecen de la clave espiritual que hace inteligible la enseñanza de Jesús tratando de racionalizar Su actitud, encontrándose entonces sin sostén, y debemos escuchar con compasión, los argumentos de los hombres que se basan en su erudición científica y su sentido común están en contradicción de los Evangelios.