Sería interminable destacar siquiera los más importantes morabutos y sepulcros de santos o anacoretas musulmanes, que desde tiempos lejanos son objeto de peregrinaciones, aunque a veces haya alguna distinta cuando está relacionada con rituales particulares de alguna secta. Así ocurre con la peregrinación de la secta Chiista, a la que acuden sus adeptos con manifestaciones de duelo.
La secta Chiista tiene su origen en la muerte de Mahoma, porque la fundaron sus partidarios de mantener el derecho de Alí como sucesor del Profeta y rehusaron a los tres primeros Califas como usurpadores tiranos. Los chiistas habían asegurado que el Profeta había designado a Alí como su sucesor y por lo tanto a sus nietos. Por eso, aunque a la muerte de Mahoma triunfó la candidatura de Abu Beker como sucesor o Califa, los partidarios de Alí siguieron en la oposición sin dejar de considerar a éste como verdadero Califa, y al caer muerto a sablazos el tercer Califa, después de veintidós años de la muerte de Mahoma, subió el califato Alí, a quien se opuso el partidario de los Omeyas dirigido por Moavia, gobernador de Siria. Pronto cayó Alí asesinado a puñaladas y su hijo Hassan, que le sucedió en el califato de Medina, es para los chiistas un santo como su padre y un mártir perseguido por Moavia, quien lo mandó asesinar, según dicen, por medio de polvo de diamantes mezclado en la bebida, consiguiendo así llegar a constituirse el primer Califa de la dinastía Omeya.
Entonces quedó como cómo jefe de los chiistas o sucesores del Profeta, el hermano del Hassan, llamado Alhusain, quien se negó a reconocer al nuevo Califa Yezid I, hijo y sucesor de Moavia I. Esta pugna se decidió en una batalla campal donde Alhusain fue vencido y degollado, con los setenta caballeros que le daban escolta, en el año 680 de la era cristiana (61 de la Hégira). Su cabeza fue llevada en lo alto de una pica, hasta que sus familiares consiguieron que se les entregase para ser enterrada con el cadáver en Kerbela.
Kerbela, pasó a ser considerada tierra santa para los chiistas y cuando los Omeya fueron aniquilados por la dinastía persa de los Abbasies, éstos instituyeron en Bagdad el aniversario de la muerte de Alhusain con un carácter místico, similar al de la Pasión cristiana, y una peregrinación a Kerbela, tiene carácter de rito universal desde entonces, para las sectas chiistas.
El Chismo, genuinamente persa, se convirtió en una revancha contra los árabes invasores de Persia e hizo del mahometismo una religión de carácter místico, con la pasión de Alí y sus hijos Hassan y Alhusein, mártires resignados y pasivos ante la violencia, hasta hacer de su recuerdo una valoración afectiva que llega a ponderarse en ocasiones más que el mismo Corán y los eleva al carácter de santos.
(continuará)
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