Al llegar la Edad Media, se perfilan los caracteres de las sectas que más se van a desarrollar en la India como parte del hinduismo en su doble aspecto filosófico-místico de renunciación al mundo, y el teísta, de los adoradores de Siva y Vishnú, que son dos sectas muy importantes y con ritos distintos. En el primero, se procedía a la inmolación de víctimas desde tiempos remotos y es el dios que se presenta como símbolo de fertilidad, además de la transformación que pasa de la vida a la muerte y viceversa. Dichos conceptos de tipo filosófico, se transforman en cierto modo como un misticismo sexual y nace así una de las características vulgares del culto, con la adoración del ligam o falo, emblema masculino de fertilidad. Después apareció el culto complementario femenino, que procede de la diosa Kali o Parvati, esposa de Siva, que transformaron en culto obsceno y ritos libertinos.

La residencia de Siva se supone está en algún lugar en las cimas del Himalaya, donde nace el río Ganges, lo que indica la causa de las peregrinaciones a sus riberas para abluciones o incineraciones. Según se cree, las aguas de este río purifican a los pecadores y abren las puertas del más allá.

El Vishnuismo con su culto al dios aborigen, fue adaptado por los brahmanes a la religión aria de los vencedores. Este dios, puede entrar en la mitología de los Vedas y no es violento o implacable, sino de una gran dulzura espiritual, cuyo culto incluye himnos y ofrendas de flores. Es el dios de la influencia aria asimilado con Agni o Rudra. Sus avatares más populares son Rama y Krihna, cantados en las epopeyas del Ramayana y el Mahabarata.

En relación al Mahometismo, proliferó en la India con escisión de sectas, sobre todo de Chiistas y Sumitas, cuyos ideales religiosos fueron muy bien acogidos en el ambiente no brahmánico por su oposición mahometana a la clasificación de castas, por ello, empezó a ganar millares de adeptos, aunque su doctrina monoteísta y antifetichista, no satisfizo a la población en la India. De todas formas, los partidarios indos de las sectas mahometanas, continuaron psicológicamente unidos a su ambiente tradicional y mas unidos a su ambiente tradicional en la India.

Una de las metas de peregrinación más popular y famosa, se centra en el gran templo de Jagannath, en Puri, en la región del golfo de Bengala, donde todo hindú procura ir aunque sea una vez en su vida. El río Ganges ha sido siempre sagrado en todo su recorrido, desde el Himalaya hasta su desembocadura, donde se forma el mayor delta del mundo. En el transcurso de los siglos, nunca ha decaído su fama parea conferir la pureza y curar los males, por eso miles de peregrinos acuden a bañarse, beber de sus aguas, y practicar en ellas ritos milenarios, llevándose vasijas llenas del preciado líquido que conservan como un verdadero talismán.
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