Esos estados no pueden descubrirse por ningún esfuerzo intelectual ni mucho menos físico. Por tanto, esos dos “ladrones” han malogrado los esfuerzos del hombre para progresar.

La influencia de los instintos inferiores se extingue cuando termina la última prueba. Perecen para siempre. Estimulado por la adversidad, el lado mejor de sus emociones y pensamientos se eleva a mayores alturas. El ladrón que se arrepiente recibe la seguridad de que ese mismo día estará al lado del Espíritu, ahora enteramente emancipado, en el Paraíso, el estado de perfección.

Del otro ladrón, los instintos inferiores, no puede esperarse arrepentimiento, y por tanto debe perecer. Algunos detalles de la Pasión, el Juicio y la Crucifixión , se derivan claramente del Antiguo Testamento. David, el amado de Dios, el “progenitor de Jesús”.
Dice en el Salmo 38: “Soy como un mudo que no abre la boca”. En el Salmo 35 dice: “Testigos falsos se levantan; de lo que nada se me pregunta”. Y en el Salmo 22 dice: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?… . Todos los que me ven, de mí se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza.

Si confío en el Señor, pues que Él le libre, que le salve, puesto que le ama… . Han taladrado mis manos y mis pies…, repártanse entre sí mis vestiduras y se sortean Mi túnica. Y en el Salmo 69 dice: “Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre”.

Es interesante anotar que en los Misterios de Demeter figuraba el dar de beber vinagre al candidato en su Iniciación, para simbolizar evidentemente que el candidato aceptaba el sabor inicial amargo de la estricta autodisciplina y el abandono de las ambiciones y deseos mundanales.

La Cruz fue originalmente un símbolo de vida, no de muerte. Llegó a asociársela con la Resurrección porque los creyentes en Jesús han sabido siempre que Él no fue muerto, sino que se ausentó de su lado, físicamente. El brazo vertical de la Cruz significa el Espíritu que se manifiesta o se crucifica en la Materia.

Esta está simbolizada por el brazo horizontal, el cual, si bien implica limitación temporal o muerte para el Espíritu, también significa Vida o manifestación para la Materia, pues sin Espíritu no puede haber materia.

Cruces muy antiguas muestran flores y hojas que brotan de sus extremos. Este mismo símbolo se encuentra en Yucatán. Según Gerald Massey en su libro Génesis Natural:

En los primeros seis siglos de la era Cristiana no se encuentra rastro alguno en el arte Cristiano de un Redentor crucificado.. ..La más antigua forma conocida en la Cristiandad, de una figura humana en la Cruz, es un crucifijo que obsequió el Papa Gregorio el Grande a la Reina Teodolinda de Lombardía, y que hoy se encuentra en la iglesia de San Juan, en Monza. Y no se encuentra ninguna imagen del Crucificado en las Catacumbas de Roma anterior a la de San Giulio que pertenece al siglo VII u VIII.

(continuará)

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