El ajedrez es un juego antiquísimo, cuenta con muchos siglos de existencia, y por eso no es de extrañar que estén ligadas a él leyendas cuya veracidad es difícil de comprobar debido a su antigüedad, precisamente a manera de información queremos contar una de estas: Para comprender no hace falta saber jugar Ajedrez, basta simplemente saber que el tablero donde se juega esta dividido en 64 escapes o casillas negras y blancas.
Una de estas leyendas dice: El juego del Ajedrez fue inventado en la india. Cuando el Rey Hindú CHERAM lo conoció quedo maravillado de lo ingenioso que era y de la variedad de posiciones que en él son posibles.
Al enterarse que el inventor era uno de sus súbditos, el Rey lo mando a llamar con el objeto de compensarlo personalmente por su acertado invento, el inventor llamado SETA, presentose ante el soberano, que era un sabio vestido con modestia, que vivía gracias a los medios que le proporcionaban sus discípulos.
SETA, quiero recompensarte dignamente por el ingenioso juego que has inventado, dijo el Rey; el sabio contesto con una inclinación. Soy bastante rico como para poder cumplir tu deseo mas elevado, continuo diciendo el Rey; di la recompensa que te satisfaga y la recibirás. SETA continuo callado; no seas tímido lo animo el Rey, expresa tu deseo, no vacilare en nada para satisfacerlo.
Grande es tu magnanimidad soberano, pero concédeme un corto plazo para meditar la respuesta, mañana tras arduas reflexiones te comunicare tu petición.
Cuando al día siguiente Seta se presento de nuevo ante el trono, dejo maravillado al Rey por su petición sin precedentes. Soberano, dijo Seta, manda a que me entreguen un grano de trigo por la primera casilla del tablero de Ajedrez; ¿ un simple grano de trigo?, contesto admirado el Rey. Si soberano, por la segunda casilla ordene que me entreguen dos granos, por la tercera cuatro, por la cuarta ocho, por la quinta dieciséis, por la sexta treinta y dos, etc.
Basta, el Rey interrumpió irritado, recibirás el trigo correspondiente a las 64 casillas del Tablero de acuerdo a tu deseo: por cada casilla doble cantidad que por la presente, pero has de saber que tu petición es indigna de mi generosidad, al pedirme tan mísera recompensa menosprecias irreverentemente mi benevolencia, en verdad que, como sabio que eres deberías haber dado mayor prueba de respeto ante la bondad de tu soberano. Retírate, mis servidores te sacaran en un saco el trigo que solicitasteis.
Los matemáticos de la corte hubieron de trabajar intensamente en calcular la recompensa de Seta, quien quedo esperando en la puerta del palacio. Solo al amanecer del otro día, el matemático mayor de la corte, solicito audiencia para presentarle al Rey un informe muy importante: Oh Rey, hemos calculado escrupulosamente la cantidad de granos que desea recibir Seta, resulta una cifra tan enorme; … sea cual fuera su magnitud, lo interrumpió el Rey con altivez, mis graneros no empobrecerán, he prometido darle esa recompensa y por lo tanto hay que entregársela.
Soberano, no depende de tu voluntad el cumplir semejante deseo, en todos tus graneros no existe la cantidad de trigo que exige Seta. Tampoco existe en los graneros de todo el reino, hasta los graneros del mundo son insuficientes.
Si deseas entregar sin falta la recompensa prometida, ordena que todos los reinos de la tierra se conviertan en labrantíos, manda a secar Mares y Océanos, ordena fundir los hielos y las nieves que cubren los lejanos desiertos del norte, que todo el espacio sea totalmente sembrado y se ordene entregar toda la cosecha obtenida a Seta. Solo entonces recibirá su recompensa. Dime cual es esa cifra tan monstruosa, dijo el Rey, reflexionando. Oh soberano son DIECIOCHO TRILLONES CUATROCIENTOS CUARENTA Y SEIS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CUATRO BILLONES, SETENTA Y TRES MIL SETECIENTOS NUEVE MILLONES CINCUENTA Y UN MIL SEISCIENTOS QUINCE. (18.446.744.073.709.051.615). O lo que es lo mismo DOS ELEVADO A LA POTENCIA 64.
(continuará)
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