GUÍAS DEL CAMINO
Hay varias rutas para llegar hasta Compostela: El Camino Francés; la Ruta de la Plata; Portugal y Cantabria, aunque  haya otras más de menor renombre. Vamos a empezar por el Camino Francés, por considerar que quizás sea el único en que se dan las condiciones de Iniciación, y vamos a fraccionarlo en tres partes:
Ø     Spiritus Mundi, desde Somport y Roncesvalles hasta San Juan de Ortiga, que es un lugar privilegiado para la sensibilización a los ritmos cósmicos y desprendimiento de contingencias.
Ø     Muerte Iniciática, desde Burgos a Astorga. La inmensa llanura castellana, en cuya austeridad el hombre acaba de depurarse y efectúa su radical regeneración.
Ø     La Transfiguración, desde el monte Irago a Noya, en que el Iniciado se lanza hacia la identificación de la liberación total.
I.  De Somport a Puente la Reina
El peregrino, coronaba los 1.631 metros de Somport, cargado de sus recuerdos, más o menos recientes. Venía de Europa o de Oriente, y acaba de cruzar un país de Sol y leyendas y había sentido sobre su persona, la inmovilidad del Mediodía francés: Le habían hablado en el lenguaje de los pájaros en el Langedoc, en la que también se expresan las ideas herméticas. Se había cruzado en su camino con parejas de Perfectos o Puros, santones Cátaros que recorrían en silencio las aldeas de la Provenza francesa, y también el cantar de los trovadores ofrecidos a las damas idealizadas.
                              Basílica de Saint Cernin. Toulouse.
Acababa de pasar por el país de  intangible, en el que el Dios de los Cátaros no puede ser encarnado, ni la dama de los trovadores poseída. Sin embargo, los peregrinos de regreso, le cuentan que la única Catedral que puede compararse a la grandiosa de Compostela es la de Saint Cernin (San Saturnino)  de Toulouse. Al final de su viaje, le espera otro país de fábula, de brumas y nieblas en los bosques de robles, donde también, se esculpen las leyendas en granito y la Piedra se desmenuza en Símbolo con más fuerza que en ningún otro lugar.
Según el Códice Calixtino, la vía de Tolosa que comenzaba que comenzaba  en  Arlés  (Francia),  entraba   en   España   por   el  puerto  de  Aspe (Somport), empezando la primera etapa española en Borce, que está en el lado francés de los Pirineos y terminaba en Jaca, siendo esta etapa no muy larga, pero muy dura, sobre todo en época invernal.
                                              Cascada la Divina
                                                Borce. Francia
                                            Valle de Astún. Pirineos
Quizás en Villanúa es donde el viajero se siente por primera vez en el Camino. Atravesando el pequeño puente en el camino dirección al pueblo, hay un sendero pedregoso que desciende, por allí hay un paredón que es lo que queda del antiguo hospital de peregrinos. Quizás como en ningún otro sitio del recorrido, la impresión es tan grande como aquí, al enfrentarse con el auténtico Camino. Una mano anónima ha escrito sobre la roca: “Camino” y una flecha.
Al abandonar Villanúa, el paisaje se ensanche abriéndose a un magnífico valle. La iglesia románica de Aruej queda a la derecha de la carretera a unos dos kilómetros del pueblo.
Se pasa por el Castillo de Jaca y se llega al Árbol de la Salud, lugar señalado por un crucero, donde se dice que los peregrinos, bajo su copa, se curaban o aliviaban de sus males.
Castillo de Canfrac
                                                                       Castillo de San Pedro (Ciudadela). Jaca.
                                                                                              Árbol de la Salud
(Continuará)
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