En la escuela
del bien se
aconseja echar fuera
todo lo que
es malo con la esperanza
de que al
actuar así uno
se salvará. En la
escuela del mal
se lucha contra
el bien imaginándose
que se llegará
a aniquilarlo. En realidad, existe una
escuela superior, muy
por encima de
las del bien y del
mal, porque sabe utilizar las
dos: Se sirve del
mal, pero a
dosis homeopáticas, para
llegar a realizaciones
formidables; no se desprende
de nada sino
que enseña que
si el mal
existe, es porque
Dios permite su
existencia, de no
ser así, habría
desaparecido hace tiempo.
del bien se
aconseja echar fuera
todo lo que
es malo con la esperanza
de que al
actuar así uno
se salvará. En la
escuela del mal
se lucha contra
el bien imaginándose
que se llegará
a aniquilarlo. En realidad, existe una
escuela superior, muy
por encima de
las del bien y del
mal, porque sabe utilizar las
dos: Se sirve del
mal, pero a
dosis homeopáticas, para
llegar a realizaciones
formidables; no se desprende
de nada sino
que enseña que
si el mal
existe, es porque
Dios permite su
existencia, de no
ser así, habría
desaparecido hace tiempo.
Si, si el
mal existe es
porque Dios acepta
su existencia; de no
ser así habría
que admitir que Él no consigue
vencer a un
enemigo que le
supera, y que
por lo tanto
no es el Maestro Todopoderoso
que gobierna el Universo. Si algo en la
Creación
le hace frente, ¿quién lo ha creado?, ¿otro
Dios más poderoso que Él?…. .Eso es, lo que los
humanos han creído muchas
veces. Se decían: “Pero, ¿quién es
este Dios que no
es completamente suficiente?. No lo
sabe todo, no
sabe ni profetizar ni
hacer milagros, mientras que
el Otro es
capaz de ello….¡vayamos pues
hacia él”. De alguna
forma razonaban bien. ¿Por qué ir a servir
a un Dios
incapaz, impotente, cuando
todo los conocimientos y
todos los dones
vienen de su
adversario, el Diablo? Y ¡era la Iglesia la
que lo decía!. Y si alguien hacia
milagros….¡era el Diablo!. Algunos religiosos
no han admitido
nunca que fuese
Dios el que
hiciese esos milagros: Según ellos,
Dios era incapaz.
No hay pues
que extrañarse de que
la gente haya
firmado pactos con
Satán ¡era lógico!. He
ahí a lo
que se llega
cuando se llega
cuando la élite
ha perdido la
clave del verdadero Conocimiento…..
mal existe es
porque Dios acepta
su existencia; de no
ser así habría
que admitir que Él no consigue
vencer a un
enemigo que le
supera, y que
por lo tanto
no es el Maestro Todopoderoso
que gobierna el Universo. Si algo en la
Creación
le hace frente, ¿quién lo ha creado?, ¿otro
Dios más poderoso que Él?…. .Eso es, lo que los
humanos han creído muchas
veces. Se decían: “Pero, ¿quién es
este Dios que no
es completamente suficiente?. No lo
sabe todo, no
sabe ni profetizar ni
hacer milagros, mientras que
el Otro es
capaz de ello….¡vayamos pues
hacia él”. De alguna
forma razonaban bien. ¿Por qué ir a servir
a un Dios
incapaz, impotente, cuando
todo los conocimientos y
todos los dones
vienen de su
adversario, el Diablo? Y ¡era la Iglesia la
que lo decía!. Y si alguien hacia
milagros….¡era el Diablo!. Algunos religiosos
no han admitido
nunca que fuese
Dios el que
hiciese esos milagros: Según ellos,
Dios era incapaz.
No hay pues
que extrañarse de que
la gente haya
firmado pactos con
Satán ¡era lógico!. He
ahí a lo
que se llega
cuando se llega
cuando la élite
ha perdido la
clave del verdadero Conocimiento…..
Diréis: “Si,
pero si Dios
es verdaderamente Todopoderoso, ¿por qué
no viene a
sacarnos de nuestros
sufrimientos y de
nuestras desdichas?. Pues porque
hemos puesto entre Él y nosotros tantas
barreras, tantas ideas
falsas y arbitrarias que
no puede llegar
a ayudarnos. Y entonces,
lo que queda grabado
en la cabeza
de los humanos,
es que Dios
está tan lejos
y es tan
inaccesible, que no
les oye, mientras
que el Diablo
está muy cerca,
les oye y
puede atenderles.
pero si Dios
es verdaderamente Todopoderoso, ¿por qué
no viene a
sacarnos de nuestros
sufrimientos y de
nuestras desdichas?. Pues porque
hemos puesto entre Él y nosotros tantas
barreras, tantas ideas
falsas y arbitrarias que
no puede llegar
a ayudarnos. Y entonces,
lo que queda grabado
en la cabeza
de los humanos,
es que Dios
está tan lejos
y es tan
inaccesible, que no
les oye, mientras
que el Diablo
está muy cerca,
les oye y
puede atenderles.
Es
verdad, pero los humanos
no saben que
ellos mismos han
puesto esta distancia,
este abismo entre
ellos y Dios.
En realidad, ningún ser
está tan cerca
de nosotros, ninguno
nos ama tanto
como Dios y
nos quiere ayudar
tanto como Él. Pero
debemos desprendernos de
todo lo que
impide a este
amor llegar hasta
nosotros.
verdad, pero los humanos
no saben que
ellos mismos han
puesto esta distancia,
este abismo entre
ellos y Dios.
En realidad, ningún ser
está tan cerca
de nosotros, ninguno
nos ama tanto
como Dios y
nos quiere ayudar
tanto como Él. Pero
debemos desprendernos de
todo lo que
impide a este
amor llegar hasta
nosotros.
Si queremos
que el Sol
entre en nuestra
casa, tenemos que
tener las cortinas
recogidas, de lo contrario
no puede entrar. Y por
tanto somos nosotros los
encargados de descorrer
las cortinas.
que el Sol
entre en nuestra
casa, tenemos que
tener las cortinas
recogidas, de lo contrario
no puede entrar. Y por
tanto somos nosotros los
encargados de descorrer
las cortinas.
De
cualquier forma, no
os imaginéis que porque
Dios haya dejado
al mal manifestarse
en el mundo, ello signifique
que no consigue vencerlo, ni
sobre todo, que
tenga necesidad de
que le ayuden
los humanos como
creen muchos cristianos.
¡Os dais cuenta,
que ayuda, la
de los humanos!. Puede que extrañe, pero
hay que decir
que el mal
es necesario e
incluso indispensable para
los trabajos de
la naturaleza, pues
ésta sabe servirse de
él. Lo mismo sucede
en los laboratorios,
donde se necesitan
venenos para fabricar medicamentos. El mal
es un veneno
que puede matar
a los débiles y
a los ignorantes,
pero para la
gente fuerte e
inteligente, es una
panacea, les cura. He aquí
la filosofía de
la tercera escuela: utilizar el
mal.
cualquier forma, no
os imaginéis que porque
Dios haya dejado
al mal manifestarse
en el mundo, ello signifique
que no consigue vencerlo, ni
sobre todo, que
tenga necesidad de
que le ayuden
los humanos como
creen muchos cristianos.
¡Os dais cuenta,
que ayuda, la
de los humanos!. Puede que extrañe, pero
hay que decir
que el mal
es necesario e
incluso indispensable para
los trabajos de
la naturaleza, pues
ésta sabe servirse de
él. Lo mismo sucede
en los laboratorios,
donde se necesitan
venenos para fabricar medicamentos. El mal
es un veneno
que puede matar
a los débiles y
a los ignorantes,
pero para la
gente fuerte e
inteligente, es una
panacea, les cura. He aquí
la filosofía de
la tercera escuela: utilizar el
mal.
(Continuará)
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