En mi Camino confió plenamente en la Providencia.
Me han Llamado y he respondido, me han pedido una prueba de Fe y Confianza y me he tirado al Vacío, me han pedido que acredite que las cosas del Mundo ya carecen de valor para mí, no por que no las necesite, sino por que ya no son un fin, sino tienen su justo valor y medida. He dado el paso y ahora espero el siguiente mandato. Estoy cumpliendo con el mandato de Jesús escrito en Mateo 6 ( 19 y siguientes) que dice; No atesoréis en la tierra, donde la polilla y el orín corroen y donde los ladrones socavan y roban. Atesorad más bien en el Cielo donde ni la polilla ni el orín corroen, ni los ladrones socaban, ni roban, por que donde está tu tesoro esta tu corazón.
Nadie puede servir a dos amos, por que odiará a uno y amará al otro, o bien despreciará a uno y se apegará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero por eso os digo: No os angustiéis por vuestra vida, que vais a comer, ni por vuestro cuerpo que vais a vestir, porque la vida es más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Mirad las aves del cielo, no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros y vuestro Padre Celestial las alimenta, ¿ No valéis vosotros más que ellas? ¿ quién de vosotros, por mucho que cavile puede añadir una sola hora al tiempo de su vida ?. Y del Vestido, ¿ Por qué os preocupáis?. Mirad como crecen los lirios del campo, no se fatigan ni hilan, pero Yo os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos, Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es y mañana se la echa al fuego, ¿ no hará más por vosotros, hombres de poca fe?. No os inquietéis diciendo: ¿ Qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos ?, por todas estas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre Celestial ya sabe que las necesitáis. Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y todo eso se dará por añadidura, así que no os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su inquietud.
Confió en la Providencia, en este punto del camino, al Cruzar la Puerta de Escudera o Amazona, se me dio visión para ver mi vida, sólo como S. G., abogada, con despacho propio, que si concentraba mis energías en el Mundo llegaría lejos y nada me faltaría, dinero, confort, todas las comodidades, mis padres estarían orgullosos de mi, a mi hija, la cuidaría una tercera persona, porque con el trabajo y sola no podría dedicarle todo el tiempo que merece, seguiría llevando a mis espaldas las mochilas de los demás, incapaces de coger el toro por los cuernos y enfrentarse a las consecuencias de sus propias acciones, complaciéndolos en la imagen que cada uno tiene de cómo debe ser mi vida.
Pero he comprendido, al cruzar esta puerta, por muy duro que parezca, que esto es sacrificio mal entendido y que esta vida no es la que mi corazón desea fervientemente vivir, por ello estoy aquí en este momento y en este lugar en Uruguay, en la sencillez, en la humildad, sin lujos, pero rodeada de los 4 Reinos y cada vez más cerca de Dios o el más grande en mi corazón.
(continuará)
Copyright. Todos los derechos reservados. Orden del Temple.