Preparación de los panes ácimos
III. La Asamblea de Jerusalén.
Tras la Ascensión de Jesucristo, los apóstoles se dispersaron anunciando el Evangelio, incitando al arrepentimiento y bautizando a todos aquellos que creían en Jesús. Apenas se sabe en que consistía lo que enseñaban ni cómo se fueron formando las primeras comunidades de cristianos, pero si se conoce la temprana aparición entre éstos dos tendencias antagónicas: La presente entre los judeocristianos y la de los que procedían de los gentiles, que eran representados por Pedro y pablo, respectivamente.
La posteriormente llamada Asamblea de Jerusalén, fue un acontecimiento especial de esta naciente Iglesia, que daba sus primeros pasos en una situación en la que se encontraban con la necesidad de abordar uno de los problemas clave del cristianismo primitivo. Tenemos dos versiones de lo que sucedió entre los años 48 y 49, descripciones que no concuerdan entre si y que han planteado a los estudiosos problemas de interpretación. Las encontramos en los Hechos de los Apóstoles; capítulo 15 de Lucas y en la carta a los gálatas de Pablo.
El problema planteado es el siguiente: ¿Los paganos convertidos a Cristo estaban obligados a ser circuncidados y debían observar la Ley de Moisés tal como estaban obligados los judíos?. Para algunos, sobre todo a los que residían en Jerusalén resultaba evidente la obligación, mientras que para los de la Iglesia de Antioquia, formada fundamentalmente por personas que provenían del paganismo y belenistas más abiertos a la influencia cultural griega, la Buena Nueva estaba ligada a la libertad y a la absoluta novedad de Cristo.
El debate planteado se centraba en la disciplina que debían seguir las Comunidades, en los ritos tradicionales judíos que había que cumplir y los que se podían dejar a un lado. En resumen, seguir tal cual determinaba el Antiguo Testamento o ser testigos del Nuevo.
La cuestión era que si los paganos no cumplían una serie de ritos de purificación y no rechazaban como impuros algunos alimentos, los observantes consideraban que no podían participar en la misma mesa sin quedar contaminados de impureza, y en la solución de este problema, estaba en juego la unidad de la Iglesia de judíos y paganos y el núcleo fundamental de la nueva fe: La determinación de si la salvación era observar la Ley de Moisés o la fe en Jesús.
El conflicto puso en abierta contradicción dos Iglesias locales y dos modos de entender la trascendencia de la figura de Jesús y Su absoluta capacidad de salvación. Se trataba, en el fondo, de aceptar o no que Cristo era el único Salvador, el único camino. Daba la impresión, de que para los judeocristianos, Jesús era como un Profeta más, mientras que para los cristianos gentiles era el único Salvador.
Fue la Iglesia de Antioquia la que tomó la iniciativa de provocar esta Asamblea, a causa de los enfrentamientos surgidos en su comunidad, compuesta en gran parte por paganos convertidos, cuando algunos cristianos llegados desde Judea, se escandalizaban por las actuaciones de los de Antioquia, intentando a toda costa imponerles la circuncisión. Se tomó la decisión de que Pablo, Bernabé y otros hermanos fueran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y responsables de aquella cuestión, tal como se describe en los Hechos de los Apóstoles.
Recorrido de Pablo hasta Antioquía
(continuará)
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