IV. Muéstrate conciliador con tu adversario, no sea que te entregue al juez y seas puesto en prisión, y no salgas de allí hasta que pagues tu último centavo.
Aquí Jesús insiste: Velad y orad. Es más fácil vencer una dificultad pequeña, que no cuando ha arraigado y se ha hecho mayor en la mente. Así, aceptando el error y pensando en él, lo incorporamos a la mente y más difícil será deshacernos de él. Hay que erradicar los pensamientos negativos y sustituirlos por lo que está aprendiendo: La Ley Divina.
De acuerdo con Jesús, lo que conviene hacer al recibir malas noticias, es volverse a Dios, negarse a aceptar los pensamientos de la pérdida y peligro, así como todos los que tengan que ver con el resentimiento y el temor. Hacedlo hasta restablecer la tranquilidad mental. La desgracia se desvanecerá y el orden será restablecido.
(continuará)
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