La última vez
que invocamos al Genio DANIEL, nis contentamos con recitar su plegaria sin
pensar en nadie en concreto, pero eso sí, masticando cada concepto, intentando
penetrar en el sentido profundo de cada palabra. Por la tarde,  llamó por
teléfono una persona de la que llevábamos al menos seis meses sin saber nada para
contarnos que se encontraba muy desmoralizada, como bloqueada, por culpa de unos
problemas familiares.

Como estámos absolutamente convencidos de que la casualidad
no existe, pensamos inmediatamente en DANIEL y en lo bien que hacía su trabajo.
Estuvimos pues hablando largo y tendido con esta persona, intentando animarla y
hacerle ver sus problemas de forma positiva, o en todo caso bajo un prisma
totalmente distinto. La ayudamos de alguna manera a salir del ruedo para ver los
toros desde la barrera, a mayor distancia, con más objetividad. Luego intentamos conectarla con unos proyectos que traíamos en mente para motivarla un poco, a
sabiendas de que cuando uno activa su voluntad (es decir, Kether) en cualquier
sentido, los problemas se esfuman porque empieza a perfilarse una nueva
realidad que barre a la anterior.

Creemos que el
resultado de todo ello fue positivo para esta persona pero, como en el Universo
todo lo que se da también se recibe por otro lado, y muchas veces multiplicado,  también sacamos de ello un beneficio, porque gracias a aquella conversación
volvió a tomar cuerpo para nosotros un proyecto muy querido que habíamos aparcado
momentáneamente porque no llegábamos a concretarlo, a darle forma. Al hablar de
ello, empezaron a surgir en nuestra mente como los brotes de mayo una serie de ideas
originales que nos han permitido completar el puzzle y darle una forma bien
definida. Así que las cuatro horas que invertimos (nunca mejor dicho) en ayudar a
aquella persona han resultado para nosotros altamente beneficiosas. Y de paso nos permitieron comprender una vez más de forma práctica la mecánica de los Genios
de la Cábala.

Ganarse la
confianza de un Genio, y por tanto conseguir que nos conceda sus virtudes, no
sólo consiste en mandarle un rezo, sino en cumplir con una serie de requisitos,
el primero de los cuales consiste en ser fieles a sus mandatos, es decir a lo
que el Genio espera de nosotros. Y esto puede averiguarse meditando sobre el
Exhorto. En la plegaria le pedimos algo al Genio, y en el Exhorto, él nos lo
pide a nosotros. Supongamos por ejemplo que aspiramos a llevar a cabo algún tipo
de heroicidad en un campo cualquiera; recurriremos para ello a VEHUIAH, Genio nº1
y le pediremos, a través de su plegaria, ser «el abanderado, el héroe, el primero,
el (la) que posee la superabundante energía con la que se realizan los milagros
etc. Si hemos nacido del 21 al 25 de Marzo, o bien si nuestro Sol se encuentra en los
grados indicados antes de la plegaria (12 a 13 de Géminis, 24 a 25 de Leo etc…) es
decir si VEHUIAH es nuestro Genio Físico o Emotivo, podremos invocarlo cualquier día
del año y a cualquier hora. Pero si no es uno de nuestros tutelares, entonces tendremos que respetar sus horarios de ventanilla : del 21 al 25 de Marzo, o cuando el
Sol se encuentre en los grados citados (vienen indicados justo antes de la
plegaria) o bien en sus veinte minutos de regencia diaria, es decir de las 0 h.
a las 0. 20′ después de la salida del Sol.

Por ejemplo, el 28 de Noviembre el
Sol (según el calendario Zaragozano) sale a las 7. 15 h. Pero como llevamos en
este momento una hora de adelanto, en nuestro reloj sale a las 8.15 h. Los veinte
minutos correspondientes a VEHUIAH son pues, en este día, los que van de las 8.15 a las 8.35 h. Pero este
cálculo tendremos que hacerlo a diario si queremos aprovechar, para éste o para
otros Genios, los veinte minutos de regencia, ya que el Sol sale cada día a una
hora diferente y tendremos cuidado de tomar la hora de salida del Sol del lugar en
el que nos encontramos ya que, por ejemplo, el Sol sale en Barcelona 22 minutos
antes que en Madrid. 

(continuará)

Orden de Sión+++