7) La Era Nueva. María no se
contenta con pedir oraciones y sacrificios para dulcificar el castigo a la
humanidad. Decía el 28 de Mayo de 1.960: No os alarméis pues, pero quedad
dueños de vosotros mismos en la paz y la tranquilidad de corazón. Que ningún
suceso os aflija más que vuestros pecados y los de los demás. Que ningún
accidente os entristezca, pues todo lo que ocurre en el mundo está bien en
relación con el amor de Dios para con sus criaturas. Sed felices todos vosotros
que tenéis fe y confianza en Dios, pues pronto surgirá la
Era Nueva. Con un solo gesto, Dios va a
revolver todo y hacer desaparecer todo mal. En un instante, todo será cambiado,
pues la Palabras
y las Promesas de Dios no son vanas”.
contenta con pedir oraciones y sacrificios para dulcificar el castigo a la
humanidad. Decía el 28 de Mayo de 1.960: No os alarméis pues, pero quedad
dueños de vosotros mismos en la paz y la tranquilidad de corazón. Que ningún
suceso os aflija más que vuestros pecados y los de los demás. Que ningún
accidente os entristezca, pues todo lo que ocurre en el mundo está bien en
relación con el amor de Dios para con sus criaturas. Sed felices todos vosotros
que tenéis fe y confianza en Dios, pues pronto surgirá la
Era Nueva. Con un solo gesto, Dios va a
revolver todo y hacer desaparecer todo mal. En un instante, todo será cambiado,
pues la Palabras
y las Promesas de Dios no son vanas”.
Anteriormente,
el 18 de de Diciembre de 1.959, había
dicho: “Rezad bien, rezad en estado de gracia y co confianza. La duración de la
prueba, será reemplazada por la intensidad y al Fuego del
cielo, hará a los hombres sabios, contritos y humildes. Un mundo nuevo surgirá,
Jesús será glorificado, la
Iglesia renovada y habrá en la Tierra una nueva generación
de santos, pues después de la purificación del mundo, viene el Reino de los Dos
Corazones Unidos en el Paráclito”.
el 18 de de Diciembre de 1.959, había
dicho: “Rezad bien, rezad en estado de gracia y co confianza. La duración de la
prueba, será reemplazada por la intensidad y al Fuego del
cielo, hará a los hombres sabios, contritos y humildes. Un mundo nuevo surgirá,
Jesús será glorificado, la
Iglesia renovada y habrá en la Tierra una nueva generación
de santos, pues después de la purificación del mundo, viene el Reino de los Dos
Corazones Unidos en el Paráclito”.
(continuará)
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