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Arqueología Sagrada. El Libro de los Reyes III
Publicaciones Orden del Temple - Historia
Escrito por Lady Violante   

 

Salomón es un rey sabio, pero también era alguien tan afamado, que incluso la reina de Saba vino a visitarle para conocer al hombre de suya sabiduría se hablaba incluso en la lejana África. Se dice que el Imperio de Salomón era tan enorme que ningún otro podía competir con él y también, que fue el constructor del Templo que permitió al Dios de Israel, encontrar un lugar de descanso en la “tierra prometida”.

Descubrir el Templo de Salomón es una tarea imposible al día de hoy. La sensibilidad religiosa respecto al monte el Templo imposibilita investigar ciertas zonas, así que hay que buscar pistas en las entrañas de la ciudad de David. Se entra en lo que queda de las fortificaciones de la Edad del Bronce media y aún se tienen en pie 1.300 años después, con piedras de construcción que pesan dos o tres toneladas y esto es lo que convierte a Jerusalén en un yacimiento vivo, mientras que en otras partes, las piedras de los monumentos pueden haber sido reutilizadas en construcciones posteriores. Aquí es imposible, porque una vez que se levanta un monumento así se conserva. Cualquier edificio grande de cualquier periodo de tiempo abandonado, ya sea destruido por causas naturales o de otro modo, dejan parte que permanece en pie y otras destruidas, pero siempre se puede encontrar algo.

De la misma manera que la Jerusalén de David, la capital de Salomón era un pueblo exiguo, más, ¿y el resto del reino?. En los años 60, el arqueólogo y militar israelí Jadyn, inició unas excavaciones en Megiddo, uno de nuestros referentes lógicos. Antes que él, en los años 20 y 30, el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, ya había llevado a cabo una extensa campaña de excavaciones, durante las cuales se descubrieron los restos de una puerta de la ciudad, de la que solo sobrevive un lado. Tiene un diseño poco común: Es un camino con tres cámaras a cada lado y por eso se la conoce como la Puerta de las Cámaras.
 

Puerta de las Cámaras

Jadyn no escogió aquello al azar. Sus anteriores excavaciones en Jazor acabaron sacando a la luz una puerta similar. Prosiguió sus exploraciones en otro yacimiento, el de Gezer y solo vio las coincidencias de un arqueólogo que había excavado a primeros del siglo XX; también descubrió una puerta similar en un pequeño fuerte que se construiría más tarde. Su conclusión fue obvia, Megiddo, Gezer y Hazor poseen la señal del mismo arquitecto: El rey Salomón. A Jadyr le guió en esta ocasión un verso bíblico en el que se dice que puso un impuesto para edificar la Casa de Yahvé y su propia casa, el muro de Jerusalén, Azor, Megiddo y Gezer. Así que Salomón era un rey constructor a la cabeza de un Imperio.

La Biblia, cuando hace referencia a David y Salomón es la crónica histórica, pero de nuevo, la realidad demuestra ser más complicada. Recientes investigaciones han revelado que la puerta de Megiddo se construyó después de Azor y también se ha demostrado que este tipo de puerta ya existía en el siglo VIII a.C. Al investigador Israel Finkelstein le preocupan estas contradicciones. Una nueva cronología basada en hechos científicos tendría que estudiar estratos y vestigios de los edificios monumentales. Las actuales técnicas con el C14 han mejorado tanto, que dan una horquilla de error de 20 a 50 años. Así que se toman muestras orgánicas de muchos yacimientos, semillas, huesos de olivas, que dan una aproximación temporal mucho mas fiable debido a sus limitados ciclos vitales.

La física, la química y la estadística entran en juego y los resultados provocan un cambio drástico en todas las conjeturas o hipótesis sobre David o Salomón y sus épocas respectivas. Dan el resultado de probabilidad de un 54.7 % de situarlos entre el 980-890 a.C. y un 95.4 % del 1.000 al 830 a.C. La situación es esta: Tenemos el monte Megiddo y lo dividimos en cronologías convencionales y del radiocarbono los estratos.

Estratos

Se suponía pertenecían al siglo XI a.C. y ahora según el C14 vemos es imposible esta cronología que realmente pertenece al siglo X a.C., es decir, un siglo antes que Salomón.

Todo un conjunto de certezas basadas en suposiciones se han venido abajo. Las piezas del puzzle ya no encajan. Tras considerar el Imperio de David, ahora le llega el turno a Salomón. ¿Cuál era la situación en el siglo X a.C.?. No hay pruebas de que haya una gran ciudad salomónica que liderara un gran Estado rico; los grandes edificios (que se han adjudicado a la época de Salomón) son posteriores, no del siglo X, ya que lo que se ha encontrado, niega lo que se suponía. Entonces ¿a qué reino pertenecen?, desde luego a unos posteriores. Mas ¿qué ocurrió en el siglo X a.C.?. Norma Franking forma parte de la excavación de Megiddo hace años, ha notado que la mampostería de un palacio que ella atribuyó a Salomón, exhibe marcas de albañilería muy poco frecuentes.

Estudia documentos de etapas anteriores, intentando encontrar marcas similares en algún otro sitio y detectó que esas marcas se habían visto en un solo lugar, un solo edificio en todo el país. El edificio se encuentra en Samaría, una ciudad en una región montañosa. La solución a los enigmas se encuentran aquí, ocultas en unas verdes colinas.

Samaría fue excavada en dos ocasiones en el siglo pasado, encontrándose muchos restos a la ocupación romana, cuando la ciudad se llamaba Sebastia. Fue construida por un rey llamado Omri en el IX a.C. y se convirtió en la capital del reino de Israel. Aquí se han encontrado muchos monumentos construidos por el rey Omri y sus descendientes. La Biblia considera a la dinastía Omry como unos reyes libertinos y renegados, los infames reyes malditos. Pero unas fuentes distintas a la Biblia nos proporcionan una imagen totalmente distinta. Tajaj, el hijo de Omri, es considerado un gran monarca, así que parece que se ha encontrado la pieza del puzzle que faltaba.

Cuando llegas a Samaría y ves ese edificio monumental que es el palacio construido por Omri, es algo que contradice lo que nos han contado, que era pequeño y disidente, ya que se puede constrastar la grandeza del edifico que solo podría ser erigido por un rey fuerte y poderoso, así que esto nos dice que no podemos seguir ciegamente la Biblia ya que tenemos que mirar alrededor y mirar lo que hay del mismo periodo.

Todo hace ver que el rey tenía los recursos para construir u palacio increíble, así que nos enfrentamos a un rey verdaderamente poderoso. Lo que nos dice Samaría y Megiddo al estudiar los palacios de esos yacimientos es evidente: Que el reino mas rico y fuerte, el mejor conectado internacionalmente era el reino del Norte, es decir, Israel, mientras que Judea al Sur era pequeño, pobre y marginal. Estas conclusiones son sorprendentes. El reino hermano del Norte con sus suelos fértiles y clima templado, era próspero y avanzado, sin embargo el del Sur, Judea, con sus colinas rocosas y escasa población, a duras penas podía superar la economía de subsistencia. Ambos compartían la tierra de Canaán; uno era fuerte y el otro débil y aún así, sería el débil de Judea el que escribiría la historia de la familia y se atribuiría los grandes éxitos de los reyes del Norte.

Si leemos la crónica de estos dos pueblos en la Biblia, pronto nos damos cuenta que los reyes del Norte tenían todas las de perder. Se evalúan a todos los monarcas y no importa lo que hicieran los reyes el Norte, siempre tienen valoraciones muy pobres, solo porque la historia se escribe desde la perspectiva del Sur, es decir, que a los reyes siempre se les juzgaba teniendo en cuenta que Jerusalén solo, era el Santuario legítimo, así los del Norte, no tienen la posibilidad de obtener una buena evaluación en el Libro de los Reyes. ¿Cómo podemos explicar esta paradoja?. La historia nos dará la respuesta.

(continuará)



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