Templo Oración

En el Templo de Oración, Luz, Paz y Energía, los hermanos de la Orden del Temple oran para ayudar a todo aquel que lo solicite ante cualquier situación personal y/o colectiva.

Donaciones

Como Organización sin ánimo de lucro y de base religiosa, aceptamos donaciones que puedan hacer que nuestra labor continúe diariamente al servicio del Cristo.
(En muchos países este tipo de donaciones tienen deducciones fiscales).

Información Usuario

IP Address
54.83.176.101
United States United States
Explorador
Unknown Unknown
Sistema Operativo
Unknown Unknown

Su Hora

Música

module by Inspiration
La Inmaculada Concepción (I)
Publicaciones Orden del Temple - Devociones Marianas
Escrito por María de Aquitania   
Miércoles, 11 de Noviembre de 2009 00:00

 

La Inmaculada Concepción

La Inmaculada Concepción es un misterio singular y único, que Dios Padre concedió a la que estaba elegida desde toda la eternidad para asumir el papel de Madre de Su Hijo, Jesús el Cristo, que vino al mundo para manifestarse a los hombres y hacerles partícipes de Su vida y Amor.

La Iglesia romana, aunque en los primeros tiempos se la tenía postergada en casi todos los textos, y figuraba de manera excepcional, en los últimos tiempos, ya decidieron cambiar esa actitud, en parte habría que pensar si forzados en cierto modo por las devociones populares, y comenzaron a explicar en parte, el sentido de este misterio. Dicen que la Virgen Inmaculada, siempre estuvo libre de todo pecado, alejada de las tinieblas, y por ello, es la expresión de la hermosura del alma, de la llena de Gracia, la cual participa de la vida misma de Dios, y es por tanto fuente de belleza y bondad.

La Virgen Inmaculada, esa belleza Divina tiene algo singular, pues solo Ella ha participado de tanta belleza y dignidad. Ella, es también el misterio del privilegio y la excepción; el misterio de la unicidad y singularidad, así como de la más alta perfección.

En relación a la Asunción de María, es la coronación de todas sus gracias, que fue expresada por el Papa Pío XII en 1.950, al definir el dogma de la Asunción.

El Papa recuerda las razones de este privilegio: La victoria de la Madre de Jesucristo, anunciada en el protoevangelio (cf. Gn. 3, 15), que excluye de su persona el “pecado original”. Así el Papa afirma: “La Augusta Madre de Dios....., Inmaculada en Su Concepción...., fue preservada de la corrupción del sepulcro y asunta gloriosamente a los cielos”.

Por todo ello, posteriormente, el Papa Paulo VI, contemplaba a María Inmaculada como la criatura limpidísima, la nueva Eva sin pecado alguno, en quien el pensamiento primigenio de Dios se refleja en Su gran perfección. María, es la belleza humana no sólo estética, sino esencial, ontológica en la síntesis del amor Divino, con la bondad y con la humanidad.

La contemplación de la belleza de María, en Su ser, es una invitación para nosotros, los Templarios y para todos los hombres y mujeres, devotos de Ella en cualquiera de sus advocaciones, una invitación a conocer con mayor claridad, perfección y profundidad este privilegio, sin lo cual no podemos conocer adecuadamente a la que es nuestra Madre. Decía el mencionado Paulo VI, que la Inmaculada es una prerrogativa que no terminaremos nunca de meditar y contemplar, y que no agotaremos nunca nuestro conocimiento sobre este misterio, aunque conozcamos sus razones y su dimensión personal, simbólica y escatológica para la Santísima Virgen, Madre del Hijo de Dios y redentor de los hombres. Es un misterio que la misma liturgia nos propone como objeto de nuestra fe, nos da a conocer su contenido doctrinal y pone ante nuestros ojos esa belleza sobrenatural de Divina de la Inmaculada.

Cuando el arcángel Gabriel la llama la “llena de gracia”, reconoce en Ella a la mujer dotada de una perfección permanente y con una plenitud de santidad, sin sombra de culpa o imperfección de orden moral o espiritual.

María, tiene en sí la perfección primigenia total, así como Dios Padre la pensó y la amó. Su belleza es innata, elevada a un grado de ideal y esplendor, del cual no es fácil tomar el concepto adecuado. María, es la llena de gracia; inundada del Espíritu Santo, y probablemente es Ella, la mujer vestida de Sol, de la que nos habla el Apocalipsis (12, 1). A María, es preciso verla siempre en relación al Cristo y al misterio de la Trinidad, de quien recibe Su esplendor y belleza; es fuente de santidad y ha recibido en el máximo de plenitud la gracia y la vida del Espíritu y la hermosura que nace de Dios mismo.

(continuará)

Copy Right. Todos los derechos reservados. Orden del Temple 2009.

 
USER MENU