Templo Oración

En el Templo de Oración, Luz, Paz y Energía, los hermanos de la Orden del Temple oran para ayudar a todo aquel que lo solicite ante cualquier situación personal y/o colectiva.

Donaciones

Como Organización sin ánimo de lucro y de base religiosa, aceptamos donaciones que puedan hacer que nuestra labor continúe diariamente al servicio del Cristo.
(En muchos países este tipo de donaciones tienen deducciones fiscales).

Información Usuario

IP Address
3.129.247.196
United States United States
Explorador
Unknown Unknown
Sistema Operativo
Unknown Unknown

Su Hora

Música

module by Inspiration
Mitología Templaria (I)
Publicaciones Orden del Temple - Temas sobre el Temple y el Medioevo
Escrito por María de Aquitania   

 

Los israelitas se dividieron en dos ramas: Los Assasis o Ashassim, una rama militar que tenía como jefe supremo espiritual, a un iluminado: Asan Sabah (el Viejo de la Montaña, 1.090), cuyo cuartel general de hallaba en el castillo de Alamut en Anatolia, y los Karmatas, rama constituida por una corporación de artesanos, seguidores de una doctrina hermética y neoplatónica. Ambas ofrecían una organización idéntica a la Orden del Temple. Los primeros se cubrían la cabeza con el gorro frigio, de color rojo, usado por los pueblos antiguos para rendir culto a Mitra y Cibeles en los misterios paganos y también la vestimenta era parecida a la de los Templarios.


Los tres grupos, coincidían en la búsqueda del equilibrio interior, practicaban la Alquimia, eran hábiles canteros y renombrados maestros de obras. El Temple gracias al mundo oriental, importó a Europa avances insospechados, como el riego de cultivos con una red aérea y subterranea con provisión de agua potable en aljibes; el cuidado de los caballos de pura sangre; la cetrería; la caza con lebreles; el estudio de la heráldica; torneos; estudio de la astronomía y astrología, y el juego del ajedrez. Mejoraron la calidad de la alimentación con el consumo de hortalizas, verduras, aceite de oliva, leche, pescado, miel, azafrán y frutos secos.


A nivel económico, los Templarios inventaron la letra de cambio y el sistema bancario de inversión y préstamos a intereses muy razonables, sin distinción de clases sociales, religiosas o civiles. Fueron depositarios de los bienes de Papas y reyes de su época. Alcanzaron el poder material y espiritual, pero es en éste último, donde obtuvieron niveles más profundos. Los principios de éstos Caballeros, entroncaban con las profundas tradiciones herméticas del antiguo Egipto, al afirmar la unidad de todos los dioses y todos los mitos, La doctrina Templaria, se basaba en la intuición, contemplación y meditación y la acción posterior.



La batalla externa, era una Iniciación a la interna, morir y renacer a un nuevo espíritu iluminado. Al igual que en los misterios paganos, el grupo gnóstico de los Templarios, tenía varios grados de Iniciación, cuatro en concreto, que se correspondían con los cuatro elementos: Agua, Aire o Espíritu, Fuego y Tierra.

La ceremonia de entrada a la Orden de un neófito se llevaba a cabo con el siguiente ritual (aunque no todo se va a reseñar aquí):


El candidato, tras pasar un periodo de prueba de tiempo variable y en el que debía superar ciertos trabajos, era encerrado varias horas en una celda del convento Templario. Después recibía la visita de tres hermanos que le preguntaban por tres veces consecutivas si persistía en demandar la entrada en la Milicia Crística. Si lo confirmaba, era conducido a la capilla, donde se postraba ante el Capítulo General, que le enseñaban los preceptos básicos: Rehuir y abandonar los pecados mundanos, servir a Dios, ser pobre y hacer penitencia. Luego, un interrogatorio para conocer sus verdaderas motivaciones del aspirante para querer entrar en la Orden. Para ello, le hacían jurar ante el Evangelio de Juan y no otro, que no tiene compromiso de esposa o prometida, no es monje o clérigo ni compromiso con alguna otra Orden.


Así mismo jurar obediencia y respeto a la Jerarquía, luchar en combate, no convertirse a otra religión y permanecer casto y pobre. Por último, llegaba el discurso de acogida y el ágape. Era entonces cuando el Maestre le daba la bienvenida, le exhalaba su aliento así como el capellán en su boca abierta.


Al igual que la iglesia bizantina, los Templarios bebieron de la fuente de la Gnosis sanjuanista, porque San Juan fue el patrón de los Templarios, quienes consideraban que Cristo, antes de morir en la cruz, nombró sucesor suyo a Juan y no a Pedro, cosa que se ha confirmado en los documentos encontrados en Nag-Hammadi. El sanjuanismo, da prioridad al Espíritu Santo, frente al Padre y al Hijo y sus cruces nunca llevaban figura, pues no aceptaban al Dios muerto, sino glorioso.


Los Templarios selectos, eran llamados también Hijos del Valle, los cuales debieron constituirse en tiempos ancestrales, inspirados en las tradiciones herméticas de Egipto, los miembros de la Orden de Amus el ermitaño, que bebían en las fuentes gnósticas de la Alejandría protohistórica y los Amusies, herederos de los Shemsou Hor, fundadores del antiguo Egipto. Por esto los Templarios nunca batallaron contra los egipcios, aunque si contra Damasco, y cuando se fundó la Orden, ya conocían la sangre que por las venas de la Orden debía correr, y se sabe que había una Regla secreta de los Hijos del Valle, que era la parte intrínseca de los Caballeros Iniciados, y todo aquel que rompiera el silencio o secreto, se exponía a la muerte.


Cuando fueron acusados de sodomía por la Iglesia romana, en relación de los besos dados en los ritos de Iniciación a un Grado superior, es decir, el ingreso al selecto grupo de los Hijos del Valle que se daban de la siguiente forma:


· El primero lo daba en la boca el Maestro, del cual emanaba el aire creador y cuyos labios cerrados simbolizaban el secreto.

· El segundo en el ombligo, que representa el centro del equilibrio.

· El tercero en el falo, base de la dualidad humana.


Esta ceremonia, ya la hacían los sacerdotes del Templo de Sem en el antiguo Egipto, a fin de reactivar los sentidos del difunto, preparándole para el último viaje al más allá con todos sus poderes. Pero el beso era considerado pecado para la Iglesia, y la Inquisición supo manejarlo como móvil de condena.

En cuanto a los signos más emblemáticos de los Templarios: Números, colores, estandartes, cruces, santoral, sellos, el gallo, la serpiente, etc., todos eran elementos cargados de saber gnóstico, cuya interpretación conocían muy bien los Hijos del Valle.


Uno de los signos más característicos, es el sello que representa dos Caballeros en un corcel, que se refiere (entre otras cosas más), al bien y al mal, la dualidad, la materia y el espíritu, el yin y el yang orientales. El gallo, con su canto matutino, impone la luz del amanecer solar sobre las tinieblas de la noche; y la serpiente representa el movimiento ondulatorio original y el principio femenino del Universo. Los Hijos del Valle fueron por tanto, los verdaderos autores intelectuales de los Templarios, el motor de la Orden y el poder en la sombra.

 

(continuará)

 

Copy Right. Todos los derechos reservados. Orden del Temple 2009.  

 
USER MENU