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El Grial. Aventura Mística (III)
Publicaciones Orden del Temple - Temas sobre el Temple y el Medioevo

 

Nos preguntamos, sinceramente, si esos tiempos no han llegado ya, pues es más que evidente, que el mundo actual es un moribundo que se desploma inexorablemente; nuestras sociedades, civilizaciones y culturas, se encuentran en una crisis generalizada; las instituciones políticas carecen de principios duraderos; los esquemas económicos están en bancarrota y una gran parte de la humanidad, sufre hambre y cientos de miles de seres humanos, mueren cada día por esta causa y por enfermedades superadas en el mundo occidental, al carecer de medios para su obtención. Múltiples poluciones en la Tierra, la atmósfera y los océanos, acaban con la vida, envenenando cuerpos, almas y espíritus. Existen conflictos abiertos entre las naciones y en el interior de las de ésta entre etnias, políticos, etc. El terrorismo crece imparablemente, así como el paro; el consumo de drogas aumenta sin cesar; aparecen nuevas y terribles enfermedades sin que la ciencia pueda impedirlo, y la tercera guerra mundial, pende como una espada de Damocles sobre esta generación o la próxima, con la amenaza de un holocausto nuclear o armas biológicas de indescriptible capacidad de destrucción.

Siendo un simple observador, todo parece anunciar el fin del viejo mundo, que sin embargo, no es el fin del mundo, porque aparecen también los síntomas de una Nueva Era. Desde hace dos o tres decenios, y con mas fuerza en los últimos años, grupos cada vez más numerosos, de jóvenes de corazón sin discriminación de edad cronológica, empiezan a sentir nuevas vibraciones; se organizan reuniones y congresos y manifestaciones a escala planetaria, con el propósito de suscitar una conciencia colectiva internacional, para la renovación del mundo. Ello constituye sin duda, un signo inconfundible del próximo salto evolutivo del hombre, que está adquiriendo una consciencia planetaria, merced al extraordinario desarrollo de los medios de comunicación, que hacen vibrar al unísono pueblos muy alejados geográficamente; así pues, llega a su término la era del homo sapiens y empieza la era del homo crísticus u hombre espiritual.


Y justamente, la regeneración del hombre es uno de los temas más apasionantes del Grial. En efecto, el Grial, mito solar por excelencia, nacido de la Tradición Primordial y planetaria, bajo la forma de alegorías, figuras y símbolos, expresa una aspiración fundamental del hombre hacia la superación de sí mismo por la vía heroica; corresponde a una llamada misteriosa que surge de la profundidad de su ser, y que le empuja a buscar el paso secreto hacia un plano superior de vida, hacia lo Divino. Es una mística Iniciática, esencialmente activa y combativa, al contrario del misticismo común que sueña con “poseer a Dios” en el alma. La Milicia del Grial, es fruto de la voluntad, de la voluntad purificada de todo deseo y del pensamiento forjado y potenciado por el Conocimiento de la Verdad.


El Grial es Luz y Fuego, es un rayo solar siete veces más resplandeciente que la luz del día; es el fuego regenerador y transmutador; es el maná celeste, el Pan de Vida, que transmite a sus Caballeros y Amazonas Blancas, una fuerza invencible de victoria y de potencia. Es la Piedra Alquímica, que cura las heridas mortales, regenerando y transmutando la naturaleza humana en Divina. Pero es también un relámpago que fulmina a los impuros, a los miedosos, a los mentirosos, codiciosos, pusilánimes, impacientes y orgullosos. A todos, en fin, que no son dignos de acercarse a Él.


El Grial es la maravilla de las maravillas, es el secreto de la Creación y del Universo, y su búsqueda y conquista, es una aventura caballeresca y mística, plena de batallas externas e internas. Cualquiera que desee conquistar el Grial, solo puede abrir este sendero con las armas en la mano. Sin embargo, aún más que una aventura caballeresca, la búsqueda del Grial, es también la actualización del reino del Preste Juan, de la Tierra Santa, del Centro Invariable; de la Nueva Jerusalén y del Reino del Padre. Estamos en tiempos apocalípticos donde se nos revela ya una Era Nueva; los judíos esperan la llegada del Mesías; los musulmanes el retorno del Imán y los cristianos el retorno del Cristo.


Efectivamente una nueva aventura del Grial ha empezado y esta vez es definitiva, pues hemos llegado al final del gran año zodiacal que termina con Piscis y el Grial va a manifestarse en todo su esplendor, sin necesidad de velos, como lo fueron los símbolos del pasado. Y en esta magnifica aventura, los orientales y occidentales; los del norte y los del sur; los judíos, musulmanes, cristianos e hindúes, todas las civilizaciones pueden olvidarse de sus diferencias para unirse en un esfuerzo planetario común, a fin de abrirse camino hacia nuevos tiempos de paz y concordia.


Así como el ave Fénix de la leyenda, el Temple que ha resurgido de la “noche de los cuervos”, que duró 666 años, ha tomado el vuelo hacia Heliópolis, la ciudad del Sol. No hay duda que en todas las tradiciones de Occidente como de Oriente, los seres más valientes espiritualmente, se preparan para unir sus voluntades y fuerzas, a fin de que el Grial se manifieste con toda Su Potencia y Su Gloria, en la Nueva Era que ya ha llegado.

 

 

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