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La Gracia Hace Al Alma Hija De Dios
Publicaciones Orden del Temple - Espiritualidad
Escrito por ennombredelqueesoshablo   
Jueves, 23 de Agosto de 2012 00:00

Bien experimentamos y claramente nos dice nuestra inteligencia, que el hombre es de distinta naturaleza de Dios. Y lo es no sólo por nuestro cuerpo, que es material y Dios es Espíritu purísimo, lo es también por el alma, aunque es espiritual, como son de distinta naturaleza que Dios los ángeles, aunque también sean espirituales y no posean cuerpo físico.

Fue un error clarísimo de los paganos, atribuir cuerpo a Dios y poner en Él flaquezas y pasiones como en los hombres. De ello se lamentaba Cicerón, aunque no se libró de este error cuando decía que Homero fantaseaba estas cosas y atribuía lo humano a los dioses. Yo mejor quisiera, decía, que hubiera atribuído y trasladado lo Divino a nosotros. Pues ésto es precisamente lo que hace la Gracia Divina.

También los ángeles han sido creados como el alma, aunque espirituales, en un orden natural. Por su naturaleza, tampoco tenían capacidad para ver la esencia de Dios. La visión beatífica de la esencia de Dios y la gloria y la felicidad son de orden sobrenatural. Dios se la dio a los ángeles, como se la da al alma humana, levantándolos al orden sobrenatural por Su Gracia Divina, haciéndolos con ella participantes de Su naturaleza Divina y sus Divinas perfecciones.

Dios da Su Gracia en orden a la vida eterna, a la visión directa de Dios en Su esencia, y esta visión, constituye la felicidad sobrenatural, dando la posesión gloriosa de Dios. Dios es de naturaleza distinta de todos los seres y superior a todos ellos. Dios ha creado todo cuanto existe y es superior a todo con infinita distancia, pero Él quiere hacer al hombre hijo suyo y comunicarle Su felicidad.

La Inteligencia infinita de Dios, entendiendo Su esencia infinita, produce en sí misma la idea infinita, tan infinita y perfecta como la Inteligencia infinita que la entiende y la produce. Es el Verbo eterno de Dios o la Palabra infinita, de la Inteligencia infinita, que encierra o tiene toda la Sabiduría infinita de la Inteligencia infinita.

La Palabra entendida, es la misma esencia y la misma naturaleza que entiende, con la única diferencia que la Inteligencia engendra la Palabra eterna que es eternamente engendrada Como la Inteligencia produce o engendra la Palabra, la produce en semejanza e igualdad de naturaleza, la llamamos Padre y a la Palabra o Sabiduría engendrada, igual en naturaleza y perfecciones infinitas a la Inteligencia infinita, la llamamos Hijo.

El Verbo eterno o la Palabra eterna de Dios, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Sólo el Verbo eterno, la Palabra eterna, es Hijo natural de Dios.

Dios quiere hacer al hombre hijo suyo, pero la criatura no puede ser eterna ni tener la naturaleza infinita, ni sus perfecciones. El hijo, para ser hijo, ha de ser semejante en la naturaleza al padre y proceder de él, más el hombre, en su estado natural, es de distinta naturaleza que Dios y mientras no alcance ésta, no puede ser Hijo de Dios ni recibir Su herencia. Dios desea hacer al hombre Su hijo, desea hacerme a mi, si yo quiero y coopero, entonces se me dará Él mismo y me dará por herencia el Cielo que es Él mismo.

El Verbo eterno, es el Hijo único de la misma naturaleza que el Padre y una sola esencia con el Espiritu Santo, que es el Amor del Padre y el Hijo, como la Inteligencia que entiende y la Sabiduría entendida.

Espero ver a Dios directamente en Su esencia y con esa visión, entrar en la posesión de Dios y gozar de la felicidad perfecta, porque Dios amoroso hace cada día, si yo lo permito, un prodigio conmigo. Me da Su Amor, y con el don de Su Gracia, transforma mi alma y pone en ella la vida sobrenatural y la participación de Él mismo. La Gracia Divina, me hace verdadero Hijo de Dios y me deifica dándome parte de Su naturaleza, en cuanto participo de Él. Dios me da Su vida sobrenarural y me dará después Su Gloria y Su felicidad.

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