Autor: M.C.R.+

El Circulo de Reunión Templaria es un elemento de capital importancia para un Templario. Es un Atanor alquímico donde fluyen las Energías de los Planos Superiores, y el contacto con los Maestros y el Egregor, y a través de ellos, con toda la Cadena del Temple de siempre.

Dios no permite que un Círculo se cierre a menos que no esté en sus planes. El Temple vive para una Misión, no para  extenderse ni propagarse como institución. Entender esto es de capital importancia para quien se sienta Templario, en la Orden del Temple además de un interés Iniciático hay que cumplir con una Misión cósmica que está muy por encima de nuestro propio entendimiento, es algo que se vive. Pero además, la conciencia de que la propia Iniciación no es para uno, sino para el Plan al que sirve.

Sin la Energía que se genera en nuestros Círculos, se pierde el Sentido de Hermandad y continuidad que se pierde en la noche de los Tiempos, la consciencia de la Misión y se entorpece la propia evolución Iniciática.

No tiene sentido  solicitar la entrada en la Orden del Temple sin acudir a los Círculos, ni se trata de una cuestión de tener tiempo. En esta ocasión si no se tiene tiempo es que no se opta realmente por la Iniciación Crística, o no entender que es la Iniciación Crística lo que determina realmente lo que hacemos en la Vida. Es como decir que no se tiene tiempo para comer.

La Presencia de un Circulo de la Milicia en una zona del mundo es una expresión del interés de Dios por manifestar su Plan Dhármico en esa zona. No se trata de reunirse de vez en cuando, se trata de ser conscientes de ser la representación nada menos que de la Orden del Temple, y eso implica una actitud comunicativa y activa con el entorno, la responsabilidad de ser representativos de lo que el Temple es.

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